Espejo de la semana

Siguiendo los pasos de La Haya: por qué necesitamos un mecanismo de justicia híbrido

20.08.2024
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Siguiendo los pasos de La Haya: por qué necesitamos un mecanismo de justicia híbrido Gunduz Mamedov, Doctor en Derecho, Abogado de Honor de Ucrania, experto de la Coalición "Ucrania. Cinco de la mañana".

El sexto mes de agresión a gran escala está llegando a su fin. Y además de la demanda de victoria, otra demanda se hace cada vez más patente en la sociedad: la demanda de justicia. No sabemos cuándo terminará la fase activa de las hostilidades, pero está claro que la demanda de justicia acompañará a la sociedad ucraniana durante décadas. Al mismo tiempo, los juicios a los militares rusos que hemos visto hasta ahora suscitan muchas preguntas en la sociedad. En nuestro caso, justicia significa castigar al máximo número de responsables de todos los delitos graves cometidos en el territorio de Ucrania durante los últimos ocho años: desde la élite política de Rusia y Bielorrusia hasta el soldado que cumplió órdenes criminales.

Pero, ¿cómo puede satisfacerse esta petición? El número de crímenes de guerra y crímenes de agresión registrados por la justicia sólo desde el 24 de febrero se acerca ya a los 30.000. Es evidente que la justicia nacional no podrá hacer frente a esta magnitud.

En mi opinión, un mecanismo de justicia híbrida es una respuesta digna a este desafío.

Un mecanismo de justicia híbrida combina elementos nacionales e internacionales en varios niveles: investigación, supervisión fiscal y práctica judicial. Esto tiene ventajas evidentes: transferencia de experiencia, mayor confianza en las investigaciones y una oportunidad para Ucrania no sólo de castigar a los responsables de crímenes internacionales, sino también de construir un sistema de justicia eficaz.

¿Por qué es importante ahora?

  1. La implicación de la Federación Rusa en el conflicto de Ucrania es ahora innegable.

¿Cuál era el problema antes? Para la mayoría de los ucranianos era obvio que la agresión armada de Rusia contra Ucrania lleva produciéndose desde 2014. Sin embargo, hasta el 24 de febrero, la Federación Rusa siguió una política deliberada de imitación de la subjetividad de los territorios de ORDLO, tratando de convencer al mundo de que el conflicto en Ucrania no era internacional. Y, en consecuencia, de que Rusia no es parte en el conflicto. E incluso la ocupación de Crimea no fue percibida como una agresión clásica en la mente de mucha gente, porque no hubo combates por la península, como sí ocurrió, por ejemplo, en las regiones de Donetsk y Luhansk. Por lo tanto, Ucrania tuvo que concentrarse en demostrar que era Rusia quien ejercía el control efectivo sobre las cuasi entidades y que el conflicto era de naturaleza internacional.

Y desde la invasión a gran escala, cuando la cuestión de probar la naturaleza internacional del conflicto ya no es tan aguda (al menos nadie negará la participación de Rusia como parte en el conflicto), podemos centrarnos en construir un mecanismo híbrido.

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20.08.2024
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