En 2022, el mundo fue testigo de la agresión armada no provocada de la Federación Rusa contra Ucrania, una de cuyas consecuencias fue el traslado forzoso a los territorios temporalmente ocupados de Ucrania y la deportación de la población civil de Ucrania al territorio de la Federación Rusa (RF) y la República de Bielorrusia (RB). Es difícil calcular el número de personas sometidas a desplazamiento forzoso o deportación, pero es probable que se trate de miles de adultos y niños llevados a la fuerza por el ejército ruso fuera de los asentamientos que se encontraban en la zona de combate u ocupados por la Federación Rusa.
 
         
                         
                         
                        