Autor: Roman Koval, Jefe de Investigación de Truth Hounds
Ladestrucción de la central hidroeléctrica de Kajovka por los militares rusos ha interpelado no sólo a Ucrania, sino al mundo entero. Es una oportunidad para que nuestro país asuma un papel de liderazgo en la lucha mundial por la justicia y la protección del medio ambiente. Aunar fuerzas para investigar y llevar a los responsables ante la justicia puede abrir nuevas perspectivas y oportunidades para cambiar el statu quo en la investigación de este tipo de crímenes de guerra. ¿Qué instrumentos jurídicos pueden utilizarse para lograr este objetivo?
Rendición de cuentas por crímenes de guerra
El informe "Drowned by War" (Ahogados por la guerra), elaborado por Truth Hounds y el Proyecto Expedite Justice, aporta pruebas contundentes de los devastadores daños causados por la destrucción de la presa de Kajovka. Puede utilizarse para castigar eficazmente a los autores y para justificar la necesidad de mejorar el actual marco jurídico de los delitos medioambientales.
En el estudio se analizan detalladamente las causas y consecuencias de la catástrofe. La ruptura provocó la filtración de un enorme volumen de agua, y la inundación artificial causó un importante número de víctimas y sufrimiento entre la población civil. Proponemos que la destrucción de la central hidroeléctrica de Kajovka se clasifique como crimen de guerra según el Estatuto de Roma, ya que el daño medioambiental fue "excesivo" en comparación con la ventaja militar esperada.
Las pruebas, incluidos los datos sísmicos y los relatos de testigos presenciales, apuntan firmemente a una explosión controlada en la que participó personal militar ruso. El estudio rechaza razonablemente las versiones de que la destrucción de la presa se debió a su deterioro y a los bombardeos ucranianos.
Lo más probable es que la responsabilidad de la explosión directa de la central hidroeléctrica de Kajovka recaiga en la 205ª brigada separada de fusiles motorizados de las Fuerzas Armadas rusas. Sin embargo, este tipo de operaciones requiere una planificación estratégica y una coordinación a un nivel superior al mando de la brigada.
Así, la decisión de destruir la presa de Kajovka requería la aprobación de los mandos superiores de la jerarquía militar rusa. El informe menciona al comandante del grupo de tropas Dnepr, Oleg Makarevich (recientemente acusado por la Fiscalía General, entre otras cosas gracias a los materiales proporcionados por Truth Hounds), al Jefe del Estado Mayor de las Fuerzas Armadas rusas, Valery Gerasimov, al entonces Ministro de Defensa, Sergei Shoigu, y al Comandante Supremo en Jefe, Vladimir Putin. Una posible prueba del conocimiento y la implicación de Putin en la destrucción de la presa es su visita a la ciudad ocupada de Henichesk, en la región de Kherson, donde se encuentra el cuartel general del Comando Dnipro, en abril de 2023, dos meses antes del incidente. La reunión de Putin con los comandantes del grupo en vísperas de la contraofensiva ucraniana sugiere un contacto directo entre ellos, así como al menos el posible conocimiento por parte del líder ruso de los planes para destruir la presa de Kajovka.