En la mañana del 8 de julio, la Federación Rusa lanzó una serie de ataques regulares con misiles contra infraestructuras civiles en Ucrania. Kyiv, Dnipro, Kryvyi Rih, Sloviansk y Kramatorsk fueron objeto de ataques. Desde el territorio de la Federación Rusa se dispararon unos 40 misiles de diversos tipos. Algunos de ellos alcanzaron sus objetivos, causando daños en edificios residenciales, infraestructuras civiles y hospitales infantiles.
Según el Servicio Estatal de Emergencias de Ucrania, a las 19.00 horas habían muerto 22 personas y otras 74 habían resultado heridas en Kiev. En total, 33 personas han muerto y otras 140 han resultado heridas en Ucrania como consecuencia del ataque hostil. Desgraciadamente, el número de víctimas puede aumentar, ya que las operaciones de rescate siguen en curso.
Uno de los objetivos alcanzados por el ejército ruso fue el hospital infantil OKHMATDYT de Kiev. Los investigadores del SBU afirman que el ataque se llevó a cabo con un misil X-101.
"OKHMATDYT es un centro multidisciplinar de diagnóstico y tratamiento de Kiev que proporciona atención médica especializada y altamente cualificada a niños de toda Ucrania. Es el mayor hospital infantil especializado del país, conocido no sólo en Ucrania sino también en Europa. Aquí se realizan unas nueve mil operaciones al año. Desde los primeros días de la invasión a gran escala, los edificios del hospital han sido un refugio para pacientes y personal.
Como consecuencia del ataque ruso, las instalaciones han sufrido importantes daños. Hay personas atrapadas bajo los escombros y se está determinando el número exacto de heridos y muertos. Al menos dos miembros del personal médico del centro han muerto. Las operaciones de rescate continúan.
El ataque con misiles también dañó la clínica ginecológica y obstétrica ISIDA de Kiev. La clínica está especializada en tratamientos de infertilidad, obstetricia, ginecología, mamología y pediatría. Hasta el momento se han registrado siete muertos y tres heridos. El edificio está parcialmente destruido, se están retirando los escombros y se busca a las personas.
Los ataques contra instalaciones médicas constituyen un crimen de guerra y una grave violación del derecho internacional humanitario. Se trata, además, de una táctica típica del ejército ruso, utilizada regularmente durante las guerras de Chechenia y Siria. La agresión armada contra Ucrania no es una excepción. En los dos años de guerra a gran escala, Rusia ha dañado o destruido 1.736 instalaciones médicas en Ucrania. Uno de los ejemplos trágicos más famosos fue el bombardeo de una maternidad en la ciudad de Mariupol el 9 de marzo de 2022, que causó al menos 39 muertos y heridos.
Hasta la fecha, los presidentes de Polonia, la República Checa y Moldavia, y los primeros ministros del Reino Unido y Estonia han condenado el ataque de la Federación Rusa a hospitales infantiles. A su vez, Ucrania ha iniciado la convocatoria de una reunión extraordinaria del Consejo de Seguridad de la ONU, que actualmente preside Rusia. El Servicio de Seguridad de Ucrania abrió una investigación penal, calificando el bombardeo de hospitales de violación de las leyes y costumbres de la guerra.
Sin embargo, ni la condena internacional ni la convocatoria de una reunión de los órganos creados en virtud de tratados son suficientes para detener la destrucción de infraestructuras civiles, incluidas las instalaciones médicas de Ucrania, y para garantizar la rendición de cuentas de los responsables de estos ataques.
Por lo tanto, hacemos un llamamiento a la comunidad internacional para que
- intensifique sus esfuerzos para proporcionar a Ucrania sistemas de defensa antiaérea eficaces en número suficiente y en el momento oportuno, así como otro tipo de apoyo militar para defenderse eficazmente de los ataques rusos y, en general, para permitir a Ucrania ejercer su derecho a la legítima defensa de conformidad con el artículo 51 de la Carta de las Naciones Unidas;
- introducir sanciones sectoriales más eficaces contra diversos sectores de la economía rusa que proporcionan la base financiera para la guerra de agresión contra Ucrania;
- imponer sanciones contra aquellas entidades económicas de todo el mundo que permiten al Estado agresor eludir las restricciones existentes.
Hacemos un llamamiento a la Corte Penal Internacional para que no limite el plazo de la investigación sobre el bombardeo de infraestructuras críticas el 9 de marzo de 2023. El brutal ataque de hoy demuestra que la Federación de Rusia sigue atacando objetivos civiles. Dados los recientes cambios de personal en la cúpula militar de la Federación de Rusia, hacemos hincapié en la necesidad de nuevas órdenes de detención no sólo contra el mando militar, sino también contra los altos dirigentes políticos de la Federación de Rusia.
Hacemos un llamamiento a las organizaciones internacionales, en particular a la Comisión de Investigación de la ONU, para que documenten adecuadamente el bombardeo criminal de hoy contra objetivos civiles, incluidos el hospital infantil OKHMATDYT y la clínica ISIDA.
Pedimos a la comunidad internacional, en particular a los miembros del Grupo Central, que establezcan un mecanismo de rendición de cuentas con el mandato de llevar ante la justicia a todos los autores de los crímenes internacionales más graves cometidos hoy. Estos crímenes incluyen el crimen de agresión, los crímenes de guerra y los crímenes contra la humanidad. Este mecanismo debe contribuir a reforzar la capacidad del sistema nacional de aplicación de la ley para impartir una justicia de calidad y eficaz.
Pedimos al gobierno de Ucrania que mejore la legislación nacional con carácter prioritario para garantizar una investigación de alta calidad sobre las acciones de los dirigentes militares y políticos de la Federación Rusa que condujeron a esta última tragedia. Creemos que la ratificación del Estatuto de Roma de la Corte Penal Internacional es una necesidad urgente. Este documento será la base para garantizar la inevitabilidad de la rendición de cuentas por crímenes de guerra.